Salmos, Capítulo 103:
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Versículos de los Salmos, Capítulo 103 del libro de los Salmos en la Biblia.
![Salmos - Antiguo Testamento](http://sementesdafe.com/wp-content/uploads/2023/07/Aplicativo-INSS-1200-×-700-px-64-5-1024x597.png)
- 1. ¡Bendito sea el Señor, alma mía! ¡Bendito sea el Señor en su plenitud!
- 2. ¡Bendito sea el Señor, alma mía! ¡No dejaré de reconocer tus abundantes bendiciones!
- 3. Él es quien perdona todas mis transgresiones y cura todas mis enfermedades.
- 4. Él rescata mi vida del abismo y me corona de amor y compasión.
- 5. Él llena mi existencia de buenos tesoros, para que mi juventud se renueve como el águila.
- 6. El Señor es el defensor de la justicia y el protector de los oprimidos.
- 7. Reveló sus caminos a Moisés y sus obras al pueblo de Israel.
- 8. El Señor es compasivo y misericordioso, paciente y lleno de amor.
- 9. No siempre nos está acusando, ni guarda rencor para siempre.
- 10. Él no nos trata según nuestros pecados, ni nos paga según nuestras iniquidades.
- 11. Porque así como los cielos están sobre la tierra, así es su amor por los que le temen.
- 12. Y como Oriente está lejos de Occidente, así él aleja de nosotros nuestras transgresiones.
- 13. Como un padre se compadece de sus hijos, así se compadece el Señor de los que le temen.
- 14. Porque él conoce nuestra naturaleza; recuerda que somos polvo.
- 15. La vida del hombre es pasajera como la hierba; florece como una flor en el campo,
- 16. pero cuando sopla el viento, él se va, y su lugar ya no lo conoce.
- 17. Pero la misericordia del Señor, su amor eterno, es para los que le temen, y su justicia para con los hijos de sus hijos,
- 18. con los que guardan su pacto y se acuerdan de obedecer sus mandamientos.
- 19. El Señor ha establecido su trono en los cielos, y como rey gobierna sobre todas las cosas.
- 20. Que todos sus ángeles fuertes bendigan al Señor y obedezcan su palabra.
- 21. Que todos los ejércitos celestiales bendigan al Señor, cumpliendo su voluntad.
- 22. ¡Que todas tus obras en todos los lugares de tu dominio bendigan al Señor, alma mía!